Muy lamentablemente, estamos viviendo tiempos violentos… y
el encierro que todos estamos viviendo (pendejos y no pendejos*), lo único que
hace es agudizarlos. No hay nada que mine más la visión de un humano de hoy en
día que el no saber qué va a pasar mañana,
aunque aparentemente mucha gente viva al día. Se trata de una especie de
INCEPTION, de una realidad metida en otra, de una nueva capa que nadie había
experimentado (salvo que hayas estado alguna ocasión en la cárcel) en la que el
mañana, es más enigmático que nunca
antes, es como una pesadilla que estás seguro que va a terminar, pero no sabes cuándo…
Ojalá mañana digan algo, ojalá que
la siguiente semana se quite, ¡Ay! que ya va a ser Mayo. Ojalá que no cancelen
el semestre, ojalá que no cancelen el concierto, ojalá que no cancelen la
graduación, ojalá que no nos cancelen la vida… ¡carajo! ¡qué impotencia! Tantos
planes, tanto qué hacer, tan grande el mundo y después de muchas décadas de desarrollo
en muchas industrias, de avances tecnológicos, avances médicos, la
recomendación de los expertos es #QuédateEnCasa, porque el enemigo a vencer es un
agente infeccioso molecular, tan pequeño que no puedes verlo ni con un
microscopio, pero tan temido que hasta el Santo Tomás se encerraría, sin tener
que andar metiendo la mano donde no le llaman (igual no podría verlo). Y bueno,
seguro metidos en la casa, el virus dirá, como si fuera empleado temporal del
INEGI, “no, aquí no hay nadie” y marcará la casilla de “inhabitado”, se
acomodará su sombrerito de Safari, dirá “Mañana
me echo otra vuelta” y seguirá su camino, buscando otros anfitriones más
hospitalarios, que de hecho puedan convertirse en huéspedes en dos semanas a más
tardar. ¿Y dónde está la violencia en todo esto? En el vehículo más veloz y potente
que existe hoy en día para llevarnos a dar la vuelta por el mundo ¡El Internet!
No importa que tengas Telmex, Axtel, Totalplay, Megacable, Movistar, Telcel, AT&T
y/o cualquier otro derivado y que
pienses que es lo más lento que existe, no es así, porque como sea y así te
estés robando la señal del Wi-Fi del vecino, en unos pocos minutos puedes estar
viendo lo que sucede al otro lado del mundo, sin tener que poner un pie allá
afuera, en donde las hordas de los micro corona-encuestadores del INEGI recorren
las calles de todas las colonias, municipios, alcaldías, delegaciones y
cualquier otro nombre cotorro que se les ocurra a los chilangos**, (como
azotehuela). Entonces, la cosa es que estamos en Internet, navegando por ahí
todo el día, en un mar de 1,800 millones de páginas, estamos haciendo las 20
únicas cosas por las que ustedes pagan el internet… no me crean a mí, cuéntenlas
y que conste que Tik Tok también cuenta como página, que el buscador de Google
cuenta como 1 aunque hagas muchas búsquedas y la página de empleo, esa que
visitas por no chambear, también cuenta como 1 aunque hayas aplicado a muchas
vacantes en los últimos días. Dentro de esas 20 cosas que hacemos en Internet
hay una necesidad que tenemos que satisfacer y que es muy grande… La de
interactuar con los demás, la de intercambiar opiniones, aquella necesidad que se
origina en nuestro cerebro y desde nuestra óptica, desde nuestra creencia,
desde cómo nos haya ido en el baile, de manera fluida empieza a enhebrar ideas
y nos invita a decir cosas como: “El color ROJO no existe y el que crea que si,
es un verdadero pendejo”. “Soy el más feliz comiendo betabel, tanto que de hoy
en adelante haré un pequeño club y sólo aceptaré amistades que me demuestren a
través de su orina que ellos también aman al betabel como yo” “No es que yo sea
culero, pero la gente que usa jabón Zote debería de morirse esta noche y mañana
el mundo sería mejor” y un montón de otras verdades inexpugnables a las que
NADIE se atrevería a cuestionar o a siquiera pensar “creo que podrías estar un
poquito equivocado” porque de otra manera empezaría la 3era Guerra Mundial en
menos de lo que canta un gallo, o mejor dicho, en lo que pía un azulejo en 280
caracteres. Esperen… En Twitter la 3era guerra mundial se libra todos los días,
con millones de tuits que tienen como objetivo (en su mayoría) desacreditar a
los demás, ponerse encima de los demás y externar, por supuesto, las verdades
inexpugnables de las que hablamos un poco más antes. Desde hace 20 años se
sabía que lo que venía en la nueva era del Internet eran los “Pro-sumers” es
decir, los consumidores que ahora también son productores, es decir, la gente
que ya no sólo consume lo que les dan los medios tradicionales, sino que ahora también
produce sus propios contenidos, que en la mayoría de las ocasiones son estas
verdades inexpugnables de las que ya hemos hablado hasta el cansancio (no sé
ustedes, pero al momento de escribir esto, ya estoy un poco cansado, por lo que
si aplica el haber hablado de ellas hasta el cansancio) y entonces, en ese
caldo sabrosísimo de cultivo, las personas, las celebridades, las empresas, las
marcas, los políticos, los países y cualquier otra cosa que sea llevada por
humanos, tiene voz y tiene forma de externar sus propios glifos, mismos
ordenados como le convenga más hacerlo, constituyen una idea, un pensamiento,
una crítica, una verdad inexpugnable o cualquier otra cosa que a alguien se le
ocurrirá leer, cuestionar, asentir, discernir o simplemente ignorar. En estos
días la viralidad es una cosa muy positiva, muy buena, deseable pero únicamente
si sucede en las redes sociales colgadas del Internet, no en tu PC, tu celular
o esa pequeña horda de Corona-minions del INEGI que traen su gorrito de Safari
y andan buscando anfitriones para hacerlos sus huéspedes en 14 días a mas
tardar… Si tienes la suerte de ser viral por otra cosa que no sea ser un #Lord
o una #Lady, ya la hiciste, te puedes poner en camino a ser un INFLUENCER, de
esos que cobran hasta por usar un papel higiénico y poner la evidencia en sus
selfies o en sus #challenges de Tik Tok. ¿Y dónde está el odio en todo esto? ¿Dónde
están los tiempos violentos?
Búsquenlos y si no los encuentran, Mañana les platico…
Escuchen la cancion Mañana de Los Machucambos y pongan mucha atención a la letra. Vendrá en el examen.
Recuerden que esto
que se escribe aquí, se hace como una terapia de la que el autor, o sea yo, no
tiene que dar una explicación… Es decir, se hace por pura Nece(si)dad y esa, es
una verdad inexpugnable.
*Nota aclaratoria: Tú que estás leyendo esto, no eres un
pendejo…. estás (evidentemente) en el otro rubro.
**Chilangos: No está a discusión. Sabemos el significado,
pero gana el uso y la costumbre.
***Me gusta escribir en un gran bloque para que te desesperes, pero no puedas dejar de leer.