25 de abril de 2020

Mañana


Muy lamentablemente, estamos viviendo tiempos violentos… y el encierro que todos estamos viviendo (pendejos y no pendejos*), lo único que hace es agudizarlos. No hay nada que mine más la visión de un humano de hoy en día que el no saber qué va a pasar mañana, aunque aparentemente mucha gente viva al día. Se trata de una especie de INCEPTION, de una realidad metida en otra, de una nueva capa que nadie había experimentado (salvo que hayas estado alguna ocasión en la cárcel) en la que el mañana, es más enigmático que nunca antes, es como una pesadilla que estás seguro que va a terminar, pero no sabes cuándo… Ojalá mañana digan algo, ojalá que la siguiente semana se quite, ¡Ay! que ya va a ser Mayo. Ojalá que no cancelen el semestre, ojalá que no cancelen el concierto, ojalá que no cancelen la graduación, ojalá que no nos cancelen la vida… ¡carajo! ¡qué impotencia! Tantos planes, tanto qué hacer, tan grande el mundo y después de muchas décadas de desarrollo en muchas industrias, de avances tecnológicos, avances médicos, la recomendación de los expertos es #QuédateEnCasa, porque el enemigo a vencer es un agente infeccioso molecular, tan pequeño que no puedes verlo ni con un microscopio, pero tan temido que hasta el Santo Tomás se encerraría, sin tener que andar metiendo la mano donde no le llaman (igual no podría verlo). Y bueno, seguro metidos en la casa, el virus dirá, como si fuera empleado temporal del INEGI, “no, aquí no hay nadie” y marcará la casilla de “inhabitado”, se acomodará su sombrerito de Safari, dirá “Mañana me echo otra vuelta” y seguirá su camino, buscando otros anfitriones más hospitalarios, que de hecho puedan convertirse en huéspedes en dos semanas a más tardar. ¿Y dónde está la violencia en todo esto? En el vehículo más veloz y potente que existe hoy en día para llevarnos a dar la vuelta por el mundo ¡El Internet! No importa que tengas Telmex, Axtel, Totalplay, Megacable, Movistar, Telcel, AT&T  y/o cualquier otro derivado y que pienses que es lo más lento que existe, no es así, porque como sea y así te estés robando la señal del Wi-Fi del vecino, en unos pocos minutos puedes estar viendo lo que sucede al otro lado del mundo, sin tener que poner un pie allá afuera, en donde las hordas de los micro corona-encuestadores del INEGI recorren las calles de todas las colonias, municipios, alcaldías, delegaciones y cualquier otro nombre cotorro que se les ocurra a los chilangos**, (como azotehuela). Entonces, la cosa es que estamos en Internet, navegando por ahí todo el día, en un mar de 1,800 millones de páginas, estamos haciendo las 20 únicas cosas por las que ustedes pagan el internet… no me crean a mí, cuéntenlas y que conste que Tik Tok también cuenta como página, que el buscador de Google cuenta como 1 aunque hagas muchas búsquedas y la página de empleo, esa que visitas por no chambear, también cuenta como 1 aunque hayas aplicado a muchas vacantes en los últimos días. Dentro de esas 20 cosas que hacemos en Internet hay una necesidad que tenemos que satisfacer y que es muy grande… La de interactuar con los demás, la de intercambiar opiniones, aquella necesidad que se origina en nuestro cerebro y desde nuestra óptica, desde nuestra creencia, desde cómo nos haya ido en el baile, de manera fluida empieza a enhebrar ideas y nos invita a decir cosas como: “El color ROJO no existe y el que crea que si, es un verdadero pendejo”. “Soy el más feliz comiendo betabel, tanto que de hoy en adelante haré un pequeño club y sólo aceptaré amistades que me demuestren a través de su orina que ellos también aman al betabel como yo” “No es que yo sea culero, pero la gente que usa jabón Zote debería de morirse esta noche y mañana el mundo sería mejor” y un montón de otras verdades inexpugnables a las que NADIE se atrevería a cuestionar o a siquiera pensar “creo que podrías estar un poquito equivocado” porque de otra manera empezaría la 3era Guerra Mundial en menos de lo que canta un gallo, o mejor dicho, en lo que pía un azulejo en 280 caracteres. Esperen… En Twitter la 3era guerra mundial se libra todos los días, con millones de tuits que tienen como objetivo (en su mayoría) desacreditar a los demás, ponerse encima de los demás y externar, por supuesto, las verdades inexpugnables de las que hablamos un poco más antes. Desde hace 20 años se sabía que lo que venía en la nueva era del Internet eran los “Pro-sumers” es decir, los consumidores que ahora también son productores, es decir, la gente que ya no sólo consume lo que les dan los medios tradicionales, sino que ahora también produce sus propios contenidos, que en la mayoría de las ocasiones son estas verdades inexpugnables de las que ya hemos hablado hasta el cansancio (no sé ustedes, pero al momento de escribir esto, ya estoy un poco cansado, por lo que si aplica el haber hablado de ellas hasta el cansancio) y entonces, en ese caldo sabrosísimo de cultivo, las personas, las celebridades, las empresas, las marcas, los políticos, los países y cualquier otra cosa que sea llevada por humanos, tiene voz y tiene forma de externar sus propios glifos, mismos ordenados como le convenga más hacerlo, constituyen una idea, un pensamiento, una crítica, una verdad inexpugnable o cualquier otra cosa que a alguien se le ocurrirá leer, cuestionar, asentir, discernir o simplemente ignorar. En estos días la viralidad es una cosa muy positiva, muy buena, deseable pero únicamente si sucede en las redes sociales colgadas del Internet, no en tu PC, tu celular o esa pequeña horda de Corona-minions del INEGI que traen su gorrito de Safari y andan buscando anfitriones para hacerlos sus huéspedes en 14 días a mas tardar… Si tienes la suerte de ser viral por otra cosa que no sea ser un #Lord o una #Lady, ya la hiciste, te puedes poner en camino a ser un INFLUENCER, de esos que cobran hasta por usar un papel higiénico y poner la evidencia en sus selfies o en sus #challenges de Tik Tok. ¿Y dónde está el odio en todo esto? ¿Dónde están los tiempos violentos?

Búsquenlos y si no los encuentran, Mañana les platico…

Escuchen la cancion Mañana de Los Machucambos y pongan mucha atención a la letra. Vendrá en el examen.

Recuerden que esto que se escribe aquí, se hace como una terapia de la que el autor, o sea yo, no tiene que dar una explicación… Es decir, se hace por pura Nece(si)dad y esa, es una verdad inexpugnable.

*Nota aclaratoria: Tú que estás leyendo esto, no eres un pendejo…. estás (evidentemente) en el otro rubro.

**Chilangos: No está a discusión. Sabemos el significado, pero gana el uso y la costumbre.

***Me gusta escribir en un gran bloque para que te desesperes, pero no puedas dejar de leer.