12 de junio de 2011

Viaje Inesperado a MZO

Durante esta semana que ya esta terminando, tuve la oportunidad de pasar un par de muy buenos días en compañía de mi familia. En un viaje no planeado, sin una sola maleta, pañalera o preparación, terminamos en Manzanillo. Y es que así es como las cosas terminan por suceder...

Mis hijos veían (vistiendo el uniforme de su escuela) como pasaban y pasaban los kilómetros por las ventanas del auto (que he de decir, se porto de maravilla en este viaje) sin saber a donde íbamos. Megan como siempre muy trucha, se percato fácilmente que nos dirigíamos a la playa "Me siento pegosteosa y veo muchas palmeras" nos dijo ya cerca de llegar a nuestro destino. Fue la primera vez de Paulo en la playa y creo que lo ha disfrutado mucho, no en balde una de sus primeras palabras ha sido "AGUA, AGUA" en un tonillo ronco muy peculiar. Que decir de cuanto lo ha disfrutado Toñito que es un aventurero nato, un aventado de primera y un excelente nadador empírico. Belén y yo también necesitábamos una salida de la rutina...A ambos nos fascina la carretera, ir oyendo música y platicar de cualquier cantidad de cosas mientras nos dirigimos a nuestro destino.

Estando ahí, disfrutando igual la alberca que la playa, yo tuve la oportunidad durante un buen rato, de recostarme en la arena, de sentir como las olas llegaban una tras otra detrás de mi y le pedí al mar que me renovara, que me arropara con su manto fresco, que me limpiara, que se llevara todo lo malo que traía conmigo de no se cuanto tiempo, que las preocupaciones, el estrés, los malos hábitos y hasta el mal carácter se fueran limpiando con cada una de las oleadas de agua tibia que cubrían una y otra vez mi cuerpo..."Tu sabrás que hacer con todo eso" pensaba mientras se lo pedía...Y me gustaría pensar que así lo hizo, que la arena y el aire de la costa me han pulido, que el sol me dio mi nueva piel (mas morena que la anterior) que es como la armadura ardiente que me ha concedido para resguardar al nuevo yo...Que el día de mañana podre ser mejor, que podre comenzar de nuevo, que todos en esta casa vamos a tener un nuevo y refrescante regreso a nuestras actividades cotidianas, que haber visitado al inmenso, poderoso y hermoso mar, nos cargara las pilas justo a medio año y nos dará la fuerza y la vitalidad necesaria para que los próximos seis meses sean mejores aun que los seis que ya pasaron.

Gracias por este fin de semana tan delicioso, gracias por este refresh de medio año, gracias por permitirnos regresar con bien en nuestro loco viaje no planeado, gracias a Dios que estamos juntos, en paz, con fuerza, voluntad y mucha salud. ¿Que mas se le puede pedir a la vida?

Gracias también a ustedes por leer esto que escribo, como siempre por pura Nece(si)dad...