Cuida tus pensamientos, porque ellos se convierten en
palabras y cuida tus palabras, porque ellas se convierten en acciones; Acciones
que marcan tu destino.
Me pone triste el sentir que no había ninguna necesidad de
que me hicieran un desaire, no por el desaire en sí, si no por los posibles
lugares en los que podría desembocar.
¿Por qué? Porque ahora está en mí, en mi calidad de
ofendido; empezar una guerra de orgullo (y normalmente en esas guerras no hay
quien me gane). Está en mí, hacer que la fiesta no continúe en paz (y siento
que tengo razones para que así sea). Está en mí “castigar” a otros con mi
conocida tozudez. En suma, está en mí, cambiar el destino con mis acciones y
estoy seguro que habría muchos perdedores y un solo ganador... El orgullo.
¿Está cabrón no? Eso es en lo que puede traducirse una
nimiedad en caso de que alguien esté dispuesto a hacer valer lo que cree.
Hoy, sin dejar de sentirme triste por el hecho, voy a
intentar pasarlo por alto. Me hubiera encantado no poner el “intentar” pero me
conozco y sé que no será tan fácil tragarme mi orgullo. Hoy voy a volver a
empezar desde menos que cero, desde más atrás del inicio, para intentar una vez
más, poner todo lo que esté de mi parte para que el equilibrio no se rompa. Por
supuesto que habrá reglas y las pondré como las reglas de lo que tienes que
hacer en caso de un sismo o de un incendio, no habrá dolo detrás de ellas, ni
forma de que se rompan, simplemente se tendrán que seguir sin cuestionarlas...
Se llaman “mis condiciones” pero serán ligeras, para evitar que nadie se vea
realmente afectado por ellas, para que no sean motivos de fricciones, para que
permitan que exista esa armonía, pero para que también exista un marco de
respeto. No se trata de modificarlas con cada desaire, no se trata de que cada
vez sean más flexibles y me metan en ese círculo en el que no quiero entrar de
ninguna manera. Es sólo que sé que hay cosas que son más importantes para mi
gente importante, de lo que son para mí (y lo respeto), de la misma manera en
la que sé que existe esa reciprocidad en donde yo soy menos importante, que mi
gente importante para ellos (y eso está bien).
Voy a tratar de entender lo inentendible y de tolerar lo
intolerable y transformarlo por bienestar y armonía. ¿Por qué? Porque hay
personas que amo y por las que haría las cosas porpuranecesidad de estar bien
con ellos y porque sé que sólo ahí es en donde yo estaré bien, sin importar como estén los demás conmigo.